Anabel se levantó temprano el día de Reyes, como buena niña, había dormido inquieta, pensando en todas esas cosas que la esperaban a la mañana siguiente.
Recorrió el pasillo y encontró los sofás llenos de regalos. Cogió todos aquellos que llevaban su nombre y los abrió, descubriendo unas cosas que le gustaban, otras que no tanto, y un par que no le decían nada.
A pesar de ser una niña ese día, Anabel tenía 17 años, y pensó por un momento en que los regalos son muy parecidos a las personas: unos, te enamoran; otros, te gustan y los conservas; y otros no te gustan nada, solo que en lugar de cambiarlos, no los incluyes en tu vida.
Creo que tú serías como ese regalo que te gusta mucho, que conservas y quien sabe si en futuro pueda llegar a enamorarme...
A pesar de ser una niña ese día, Anabel tenía 17 años, y pensó por un momento en que los regalos son muy parecidos a las personas: unos, te enamoran; otros, te gustan y los conservas; y otros no te gustan nada, solo que en lugar de cambiarlos, no los incluyes en tu vida.
Creo que tú serías como ese regalo que te gusta mucho, que conservas y quien sabe si en futuro pueda llegar a enamorarme...
6 comentarios:
regalos que llegan a lo mas hondo de nosotros..
También hay regalos que no te acaban de gustar pero no te ves capaz de ir a cambiarlos. :D
Un beso!
Y es que las personas también son un regalo!
Muchos regalos no se pueden cambiar, aunque no te gusten. Porque no tienes el ticket, o por no quedar mal con el otro. :-)
Regalos que se ofrecen y otros que vienen a comprarnos... Hay que tener cuidado con ellos.
Saludos y un abrazo enorme.
Holaaa wapaa que tal todoo??
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