Voy a necesitar paciencia en cantidades industriales

para evitar comerte la próxima vez que estemos a solas.

Muerde, toca, besa..

Siento la pasión bordeando la salida de los poros de mi piel;
deseo el tacto de tus manos rodeando mis enloquecidas caderas
y tus labios subiendo a destiempo por mi cuello inquieto.
Necesito un abrazo de tus bíceps y tus piernas aferrándose a mi cintura,
fuertes y convertidas en mi más dulce y placentera trampa.
Quiero mirar tus ojos cerrarse de placer y notar tu suave barba
paseándose por mi tripa...
No, no me puedo conformar con un beso y nada más.

Nota mental #4

Tengo todo el tiempo del mundo para examinar tu sonrisa. Para decirte por qué eres tan mono, por qué me gusta pasar los ratos contigo. Puedo explicarte cómo es la mancha que tienes en la espalda y buscarte las cosquillas entre los huecos de tus piernas. Pero necesitas una contraseña que se aproxima al roce de un par de bocas, al éxtasis de un beso, al placer de dos lenguas que se rozan... ¿Crees que podrás conseguirla?

F de Fallas!

¡F A L L A S!

En mayúsculas y en negrita.
Porque solo hay unas.

Tu persiana...

Debería aprender a leer lo que tu persiana me cuenta. Deberíamos hacerlo... Estoy segura de que nos observa mientras jugamos, mientras reímos, mientras rastreamos los contornos más o menos definidos del otro... Seguro que ella nos recuerda buenos momentos. Y luego puede que nos pongamos muy colorados porque nos comente algo que creíamos saber solo nosotros. Pero, ¿sabes que creo que es lo mejor que podemos hacer? Volver a hacer todo lo que hemos hecho frente a tu persiana, y luego, hacer cosas nuevas, darle vida a esa pequeña cotilla, que se divierta con nuestros delirios, que disfrute con nuestros juegos, pero sobre todo, que se muera de envidia porque ella no te conoce como yo, ni a ti, ni a tu cuerpo...

Frienship ends?

Respirar hondo y sentir el dolor de mi garganta a la par que un extraño alivio por dentro.
Querer saber que estás al lado, pero que no me toques más. Porque ya no me tocas más. No.
Un abrazo, un par de besos...pero nada más. Porque ahora ya no eres esa persona para mí. Te fuiste porque quisiste, y no pareces querer ni siquiera volver para nada, no me echas de menos...
Yo echo de menos tu amistad, porque al fin y al cabo el resto viene y va. Pero el recuerdo de nuestras conversaciones se queda latente, esperando resurgir. No se sabe cuando, ni donde, si resurgirá realmente. Solo se sabe que está ahí. Y nada más.

Vuelta a empezar...

Unas caderas que suben y un cuerpo que baja. Un beso en los labios, un suave mordisco en un brazo. El ambiente pasando de cálido a caliente. Suspiros que se multiplican, cuerpos que tiritan y no precisamente de frío... Y tranquilidad, y rélax... Miradas y sonrisas. Y después: Unas caderas que suben...

Nota mental #3

Voy a guardarme las caricias que quiero hacerte; los abrazos que voy a robarte; los besos que ahora no puedo darte...